El conversatorio dejó una perspectiva optimista sobre el futuro de la agricultura, actividad que ya está proporcionando soluciones tanto en adaptación como en mitigación.
Bakú, Azerbaiyán, 20 de noviembre de 2024 (IICA) – El futuro de la agricultura como sostén de la seguridad alimentaria global y herramienta clave de la sostenibilidad ambiental está asegurado si se fortalece a los agricultores, los verdaderos protagonistas.
Esta fue una de las conclusiones de una vibrante conversación que atrajo la atención en la COP29, protagonizada por Danielle Nierenberg, presidente de la organización Food Tank y moderadora; el científico Rattan Lal, referente global en salud de los suelos; José Abelardo Mai, Ministro de Agricultura y Seguridad Alimentaria de Belice, y el Subdirector General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Lloyd Day.
El escenario del debate fue el pabellón que el IICA y sus socios tienen en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que este año se desarrolla en Azerbaiyán. La conversación dejó una visión optimista sobre el futuro de la agricultura, actividad que ya está aportando soluciones tanto en adaptación como en mitigación.
Es el tercer año consecutivo en que la Casa de la Agricultura Sostenible de las Américas representa la voz de los agricultores en el gran foro anual de discusión global sobre los caminos para abordar el cambio climático. El pabellón estuvo presente en 2022 en Sharm-El-Sheikh, en 2023 en Dubai y ahora es referente del evento que se desarrolla en la ciudad de Bakú, con 65.000 personas acreditadas.
Food Tank es una organización sin fines de lucro que trabaja para lograr una transformación positiva en los modos de producción y consumo de los alimentos. Como una de las entidades más dinámicas del mundo en el área de agricultura, su tarea impacta fuertemente en el terreno.
Nieremberg ponderó el número de jóvenes de todo el mundo que llegaron hasta Azerbaiyán para participar en la COP 29, lo que es una evidencia de la preocupación de las nuevas generaciones por el futuro del planeta.
La presidenta de Food Tank señaló la importancia de la relación con el IICA y rescató el valor de mostrar en la COP 29 las historias de éxito y de transformación que la agricultura viene llevando adelante en las Américas.
Agricultores afectados
El ministro Mai hizo foco en los desafíos que enfrentan los productores cada día, especialmente en Centroamérica y el Caribe, que son regiones altamente vulnerables al cambio climático. “Estoy a 10.000 millas de mi casa, me tomó tres días llegar hasta aquí y mientras nosotros hablamos, hay olas de calor o inundaciones que afectan a los agricultores. Hay una necesidad urgente de hacer algo acerca del ambiente. Lo que me trajo aquí es la esperanza de llevarles algo a los agricultores. Necesitamos acelerar la sostenibilidad”, explicó.
Mai subrayó que es necesario involucrar en la agricultura a niños y jóvenes, quienes deben saber que hay esperanza si la actividad profundiza su transformación. “Ya no se puede dar el alimento por garantizado y no se puede degradar los suelos ni fertilizar indiscriminadamente, porque eso genera contaminación. Por otro lado, también es clave que el precio de los alimentos sea razonable y para ello los costos deben serlo para los agricultores, porque cualquier costo excesivo se traslada a los consumidores. No hay seguridad alimentaria si los alimentos no son accesibles”, afirmó.
Rattan Lal, a su turno, hizo hincapié en el extraordinario valor de que el IICA esté asegurando nuevamente en la COP 29 que sea escuchada la voz del sector agropecuario de las Américas, vital en la discusión global sobre el futuro de los modos de producción y consumo.
“El suelo es la base de la vida. No hay vida sin suelo. Todos los ecosistemas que las personas necesitan vienen del suelo. Y también para la espiritualidad es esencial”, dijo Lal, Premio Mundial de la Alimentación en 2020 y Embajador de Buena Voluntad del IICA.
El prestigioso científico aseguró que la clave es producir más con menos: “Menos agua, menos tierra, menos fertilizantes. Eso se hace mejorando la salud de los suelos, aumentando la materia orgánica. La labranza es obsoleta, ya que los residuos deben quedar en el suelo”, dijo Lal.
En ese sentido, aseguró que los agricultores son los verdaderos protagonistas de la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental, pero los formuladores de políticas públicas son clave para que puedan mejorar sus prácticas y llevar la ciencia a la práctica. “No hay un mañana si no tomamos acciones ahora”, finalizó.
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